Asistir a cualquier evento relacionado con el mundo de la vinicultura es una ocasión propicia para encontrarse con José Rafael Arango, un abogado que aterrizó en el mundo de la vinicultura en Santiago de Chile a donde fue a especializarse en su carrera y, además, terminó estudiando para
sommelier.Él considera que su examen de
sommelier fue una de las pruebas más duras que pudo haber presentado alguna vez en su vida de estudiante: un sinnúmero de preguntas, una prueba a los sentidos con diez copas anónimas para determinar la variedad de cada una, enfrentarse al maridaje de platos exóticos y con preparaciones variadas, todo para obtener el título que lo acredita como uno de los primeros en su campo en Colombia.Después de volver al país con su especialización en derecho y su grado como iniciado en el mundo enológico buscó trabajo y consiguió más rápido en su afición que en su profesión. Su primer contrato lo recuerda de manera jocosa como una dura llegada a la realidad: repartió degustaciones en los supermercados con cierto temor de encontrarse con sus antiguos compañeros de derecho.
Muy rápidamente José Rafael comenzó a ganar adeptos y fanáticos a sus charlas cargadas de detalles técnicos, con descripciones de sus sensaciones olfativas realmente sorprendentes, en las que con solo escucharlo era posible sentir lo que describía con gran destreza. Él ha estado ligado a grandes casas vinícolas con representación en el país como Concha y Toro, Santa Rita y Montes, y fue embajador de la multinacional Diageo en lo relacionado con vinos, en el país.Desarrolló con la Universidad Externado de Colombia -siendo su director hasta la fecha-, el primer diplomado de
sommelier en el país y es el primer profesor formal de muchos que dedican hoy su vida al estudio del vino y a asesorar a los restaurantes y clientes en la adecuada compañía de los alimentos con el vino.Hoy su gran legión de compañeros, y algunos que nos consideramos sus amigos, tenemos la fortuna de tenerlo como trabajador independiente, no ligado a ninguna marca, dedicado a destacar los grandes frutos que están en nuestro país. Ahora tiene proyectos en el tintero, entre los que se destaca uno que adelanta con Bavaria que promete sorprendernos y poner a nuestra disposición esa destreza olfativa con la que cuenta.
José Rafael, ese gran conversador, elegante y de amplia sonrisa, es el primer invitado a esta columna en la que destacaré a los pioneros, a los que han permitido que nuestro país triplique su consumo de vino en los últimos años y a quienes con una pasión desbordante hacen que Colombia tenga el vino como una opción cotidiana y, como dice 'Rafa', como un alimento de consumo diario. Un gran abrazo.
José Rafael Arango
se especializó como 'sumiller' en Santiago de Chile. Conozca a José Rafael Arango, el abogado del vino